Yo, . . . el nopal
“He nacido en noble cuna, soy el padre de la tuna.”
Provengo de las cactáceas,
a mi Dios le doy las gracias
de habitar la noble tierra
que, en mi ser, amor encierra.
Suelo seco de aquel llano
hace tiempo no lejano
fui sembrado tras lomita,
¡ay!, mi corazón palpita.
Verde, espinoso de fuera,
crecí en una nopalera
que ha sobrevivido afrentas
con sus vigorosas pencas.
No soy cultivo cualquiera
también llamado chumbera,
cardo, de pie estoy parado
como estandarte sagrado.
Soy opuntia irresistible,
deseado cual comestible
milagro de hoja carnosa
bien silvestre muy fibrosa.
Ostento figura oval,
me denominan nopal
orgulloso grito al viento:
¡qué tengo espinas, lo siento!
Si tal presencia te ofende
mi arrogancia me defiende,
soy una planta arbustiva
que se ha vuelto reflexiva.
Soy símbolo nacional
patriota sensacional,
de mi cuerpo brotan tunas,
xoconostles de fortunas.
Formo parte de la historia
de México, de su gloria,
pues águila real osada
posose desenfadada.
Sobre uno de mi especie,
ojalá el pueblo me aprecie
que aparezco en la bandera
tricolor, sacra, . . . señera.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Ciudad de México, a 15 de septiembre del 2017
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