De López, Acapulco, el huracán y el desastre

“De ineptitud su traje sastre . . .”

A López presumir le encanta
que todos los días se levanta
a las cinco de la mañana,
lo cuenta como una hazaña.

Y que con su gabinete
él resuelve cualquier brete;
el veinticinco de octubre
el embuste se descubre.

Pues, ni siquiera sabía
de lo que mal sucedía
allá, en Acapulco, Guerrero,
del huracán, del reguero.

De muertos, damnificados
y de los daños causados
a habitantes, a turistas,
de la ruina en autopistas.

Ese día en la mañanera
engañó en forma altanera
pregonó: “hay saldo blanco”,
mintiendo de modo franco.

Tal meteoro, de sorpresa,
desnudó más la torpeza
del “gobierno” de mugrena
que en regarla nunca frena.

No hubo un aviso siquiera
que, al menos, bien previniera
la llegada del desastre,
la ineptitud su traje sastre.

Pues, dejó a la población
de aquella triste región
sin albergue, en desamparo,
sin protocolos, sin faro.

Existiendo en jerga legal:
“negligencia criminal”;
ya que vio la cosa que arde,
Andrés, entrada la tarde.

Se sintió la mera neta,
se trepó en su camioneta
rumbo de tales lugares
sin prever los avatares.

Y es que el peje es muy rupestre,
al irse por vía terrestre
quedó atascado en el lodo,
tal chiquero dice todo.

Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Ciudad de México, a 25 de octubre del 2023
Reg. SEP Indautor No. (en trámite)