A 26 vueltas de sol

En vísperas de mi retorno a este real calvario, pido al cielo al mar y las murallas de mi
mundo que se deshagan. Que los muros dejen espacio a puertas donde el mundo se conecte
a mi realidad y este deje de ser presa de la insalubridad de algunos que en base a ese cielo y
mar perfectos desentrañan odio y desesperanza buscando siempre la suciedad del alma en el
mar y cielo vecino o hermano.
En vísperas de mi aniversario donde el mundo para mi se hizo y alcance la realidad de ser
al menos en esta forma alguna de circunstancia física donde todo aquel que es reconocido
vive y quien respeto merece felicidad alcanza y bienes materiales no añora, pues todo lo
que podría desear ya esta alcanzado en su gloria de gozo de su mundo esperado al menos en
lo espiritual por la paz que su entorno le otorga al saber que es deseado, amado y que por el
solo hecho de ser de tal o cual manera no otorga ningún cambio de estado.
En vísperas de mis veintiséis giros donde veo para atrás y me doy cuenta de cuanto he
madurado, cuanto mi vida ha mejorado y cambiado. Al menos ya me doy cuenta de las
cosas que el mundo trae consigo. Las buenas y malas y las que no califican en ambas. Hago
un punto de inflexión y propongo a mi alma buscar la felicidad partiendo por mañana. El
mejor de los regalos será el que me entregue yo mismo. Regalo donde el disfrute y el gozo
no se olvida y penetra tocando la fibra intima del alma. Regalo de autenticidad profunda, de
perseverancia y de relevancia de vida.
En vísperas de mi reapertura a esta realidad espiritual consiente que representa el regalo de
los sentidos, percepciones y pensamientos. Me entrego plenamente al hecho de vivir y me
propongo la felicidad mas pura y perfecta que un ser puede alcanzar. Que felicidad se vive
simplemente al existir o al hecho de ser reconociendo nuestra posibilidades y
potencialidades ultimas alcanzables. Que motivación me entrega el hecho de ocupar al
máximo mi grandioso potencial de vida y experiencia propia.
Es por eso que digo el día de mi cumpleaños, que no quiero mas nada, material o mundano
puesto todo ya lo tengo en vano pues no agrega a mi realidad o estado. Solo pido
aceptación, honestidad y reflexión. Cercanía de mis seres queridos y pares. Respeto del
desconocido y del amigo. Nada mas quiero que aquello que no poseo.
Escribe: Gonzalo Ureta
Derechos Reservados. Febrero 2017