En Santiago

poema de GlaemParls

A 154.6 kilómetros del gran Santo Domingo
perdí la vergüenza
en palmas de dos grillos disfrazados de esperanza,
improvisando en el monumento
un taller de mecánica popular
destinado a engrasar mi oxidado
esqueleto y calcar a la briza
el mapa del templo donde arde
la tos del monte.

Cómplice de la madrugada Cibaeña
el flujo piroclástico en la cúspide del esplendor
deshace sin pudor heroicos peldaños
en contorsiones similares
al registro en youtoube
de los números de Natalia Vasyluk
en el Cirque Du Soleil.

¡Se ha violado la ley en nombre
del deseo!

¿Quien llamara a la guardia municipal
ahora que los gallos de Pastor de Moya
perforan el ombligo de la aurora
acelerando la llegada del sol?

Descendemos en silencio
al ensordecedor teatro de los oprimidos,
temerosos de volver la vista atrás
y ser convertidos en sal por las leyes
de los hombres que desconocen
la justicia poética.