No ser mala

Querían torturarnos, con tanto lujo gratis.

En aquel entonces,
bajo el manto del espejo
veía la sombra
que algún idiota
dibujaba para mí.

Yo no lo pedía,
pero se empeñaban
de uno en uno
en no hacerme ver,
en no dejarme ser,
en no dejar salir,
lo peor que albergo.

Porque yo, era un pequeño monstruo.
Lleno de preguntas y molesto
porque nadie juega,
porque todos iban
por ahí enfadados
y me arrugaban mis días
tan bien planchados,
calculados hasta el límite.

Y solo cuando era noche
podía reír.
Reírme de ellos,
por mi maldad encerrada,
por mi envidia desmedida,
mi amor propio destrozado,
mis venganzas escondidas.

Pero nadie quiere ver lo peor,
nadie quiere ver la arruga
en esta flor.