UNA LLUVIA TORRENCIAL

Una cara que no dice nada , pero unos ojos que lo cuentan todo. Su mirada es como el relámpago y su sonrisa como el trueno, ilumina y luego ruge, te atrapa y luego te espanta, tiene la ternura de la suave brisa que te susurra que una tormenta se avecina.

La luz es más rápida que el sonido y el deseo nace primero que el amor, habían susurros en el aire y ella buscaba una señal.

Él es esa gota de lluvia que cae con fuerza en la tierra árida, que atraviesa la tierra más dura, que la desmorona, pero luego la ennoblece.

Ella pidió un rocío que regara su alma sedienta, pero él era una lluvia torrencial.