Única compañía

Soledad... amable compañía,
es extraño que me sigas cada día.
A pesar de que deberías estar
sólo cuando te llamo.
Aparecer ante mí de todas formas,
no importa si hay gente alrededor,
al parecer me quieres cerca tuyo
y no digo que sea malo estar contigo,
pues creo que eres la única que me entiende.

Este solitario sentimiento...
me tiene amarrado a una extraña
y muy peculiar realidad.
Sentirse arrastrado al vacío de los pocos,
de los muertos de soledad, con un agónico final.

Es preferible tu presencia todo el día,
antes que estar con alguien que no me comprende.
Balacera de pensamientos
sobre lo que debo, debería y debí...
hacer, ejecutar, planificar y demostrar
que a pesar de ser distinto,
me muero por dentro y soy feliz.

Feliz de estar en mis últimos momentos,
rodeado de personas que alguna vez
me consideraron lo menos interesante
y lo más raro a la vez.

Si ella siente amor por mí,
pero ella lo siente por alguien más...
¿Acaso tengo la culpa de ese pensamiento?
¿Se puede querer a alguien como te quiero a ti?
Soledad, mi gran compañera...
No me abandones como los demás.