La Lluvia

poema de Antonio Liz

Dulce es su música distinguida, elevando cada ritmo con cada gota espectacular. La naturaleza es su nota, y el suelo corresponde a su tambora. Con toque fino de pura realeza, te guía hacia una tranquilidad, no importando tu situación emocional. De su excelencia posee la química de una frescura sensación a tu vida, llenando en ti un mejor día. En las noches posee la habilidad de tenerte fuera y dentro de ti, controla tus pensamientos en la oscuridad y genera una paz temporal. Se comunica con sonidos esenciales, te enseña a bloquear todo lo negativo de un día peculiar. Envía tus emociones a rondar por el mundo, y asta es posible que invierta en un sueño profundo. Su maestría de concierto no tiene horas y menos días, porque llega cuando quiera sin esperar audiencia entretenida. Sus fanáticos adoran toda su sinfonía, ya que entrega lágrimas, pensamientos, paz y comodidad sin esperar alguna regalía.