LOS CABLES SIN ZAPATOS

LOS CABLES SIN ZAPATOS

No es que siempre sea cálido.

Es que me sientes

cuando estoy cerca.

No es que tenga que quedarme

mientras te vas sin un beso.

Es la forma y los motivos,

el sonido de las grietas

que se forman en las nubes,

la noche con tantas flechas

acentuadas en el suelo

cuando le dan las farolas

y las luces de negocios.

Son los cables sin zapatos

de los postes en la noche,

sin pájaros descansando

o comiendo entre las ruedas,

sin riesgos, atando sombras

para sembrarlas conmigo.

Es que no toco madera

por tocar cuando es preciso,

en medio del túnel frágil

que va del beso al insomnio

entre la culpa y el hambre

de amar con todo derecho,

más allá de las señales

de quien no sabe ni busca.

Es el rocío que pesa

en pétalos desmembrados.

Es la risa que se enturbia

con alcantarillas viejas.

Son los techos con basura

de los espinados gatos,

la resaca de un presente

que rebota en las almohadas

con los ojos que se empinan,

entre olvidos oxidados

y muelles que los regresan,

para alcanzar una llama.