DIRECTO AL PUNTO
"Ven."
"Sí.
Supongo que sí."
"Aquí mismo."
Mis jeans sufren jalones impulsivos.
No hay que quitarse casi nada.
"Entra. Hay que hacerlo."
Es sólo sexo.
Básico.
Directo al punto.
No hay mucho que mirar ahora.
No hay alrededores.
Casi no estamos ni nosotros.
Hay que quitarse las ganas
para seguir.
Es sólo sexo
y punto.
Mordidas.
Retazos.
Mecha rápida
de rápida intención.
Y entro las veces necesarias,
y circulan los glóbulos terráqueos
y los globos rojos
con sentido propio
y lógica interna,
y es fácil el mundo y...
"No.
Así no."
Paro y cambio de velocidad
como siete veces
en el mismo minuto
donde se empachan los labios.
Tu pelo ya no es soga ni cortina
que rodar.
Tu cuello es una diana entre mis manos.
Tu cara vuelve a verse como cara
y menos como ardilla al árbol.
¿Hubiera sido rico? No lo sé,
pero no va a ser ni simple ni fugaz.
Algo te retumba
y agradeces cada tilde
en lo que no íbamos a decir.
Nada de básico.
Que se muera lo simple.
Es más que sexo
y punto.
Ya lo dije.
Ya lo hago.
El mundo puede esperarnos.