EL INGENUO

Las lenguas de fuego del Ingenuo se asfixian
en los ídolos de barro y flechas que lo sostiene abandonado a sí mismo,
cuando todo es un anillo de semillas alrededor de la tierra,
cuando la mar de todos los días es un insulto a su inocencia alquilada,
cometiendo la eternidad por todos los poros aferrado a los cuernos
de esos dogmas cual ángeles fragmentarios
mendigando un resto de sol
por las regiones gélidas de sus lechos
bautizados por los espíritus minotáuricos de sus salivas gregarias...
son los aprendices de santos que calzan sus pies
con el trance de ciertos sauces
sobre el altar de gusanos bebiendo la nieve menstrual
de los astros paquidermos,
los que llegaron del Asia arriba de sus nacimientos póstumos,
olfateando las primeras lápidas calcinadas por el aliento
de jazmines milenarios, los que quedaron
verticalizando a más ritmo ditirámbico el sudor de las estrellas,
las fáusticas, las hambrientas, las famélicas ahogadas en panales,
en sus cegueras o derrumbamientos descubrieron
la tragedia que se sacudió las alturas de su pupila hecha
de vértigos y sal de vigilia.
Desmenucemos: nadie puede entrar y salir de los letargos chorreando
la miel agria de los segundos desperdiciados,
se necesitaría ser el desquicio de un dios de alambre
conteniendo todo el aire turbio del mayor de los sacrificios: esta noche.

Comentarios & Opiniones

mayita

Enigmático escrito nos compartes, lleno de una filosofía profunda, que transporta y obliga a meditar. Felicitaciones y estrellas para tu gran pluma.

Critica: