Un chaleco holgado

poema de Dreamer girl

Me senté en el piso de mi casa mientras me cubría con una manta y un chaleco holgado. Ese era perfecto, cubría las marcas de mi corazón, incluso cubría las heridas que tenía en la garganta de las veces que despertaba gritando en sueños. Sonreí, pues había logrado ocultarlas todas. Me crucé de piernas y tomé la taza de té que tenía junto a mí. Era tan sobrecogedor sostener aquel objeto caliente entre mis manos cuando tenía tanto frio.

Toc, toc, sonó en la puerta.

Era él, aquel que sin notarlo siquiera, había causado todas mis heridas. ¿Cómo culparlo? Si él quiso alejarme y yo quise quedarme.

Me levanté aún abrazada a mi taza y le abrí con una sonrisa enorme, de esas que siempre le dedicaba.

-Hola.- Dijo de manera desganada como de costumbre, como si le causara indiferencia estar ahí parado en mi puerta.

-Pase usted.- Digo yo, sonriendo como estúpida y acordándome de no dejar caer mi manta y que viera las marcas que el chaleco no había logrado cubrir.

Entonces lo invité a sentarse en el piso junto a mí y le presté mi taza, que hasta ese minuto me había calentado un poquito. Se la tomó toda y yo reí de felicidad al pensar que le había tocado algo de calor también, él lo necesitaba más que yo.

-Te ves lindo.- Se me escapó en un impulso. Él miró hacia otro lado como si le doliera mi comentario.

-Seguro que sí.- Dijo encontrándose con mi mirada.

Entonces no lo soporté más. Le quité la taza de las manos y la dejé sobre la mesa que estaba más cerca. Me acerqué a él y me senté en sus piernas. Lo miré, esforzándome porque no se me escapara la calidez que me quedaba por los ojos.

Y lo besé.

Él me besó de vuelta y me quitó aquella manta. Me estremecí de terror, lo descubriría.

Besó mi cuello y suspiré con dolor al sentir que ya casi rozaba las heridas que causaron los idiotas que me mordieron por puro juego. Lo sabría, sabría que intenté olvidarlo. Ahora sabría que no dio resultado.

Entonces me quitó ese chaleco holgado y antes de que viera la marca más grande que tenía en el pecho, corrí a apagar las luces. No lo sabrás, nunca lo sabrás.

Comentarios & Opiniones

María Cruz Pérez Moreno -acnamalas-

Excelente escrito, la historia cautiva al lector. Saludos.

Critica: 
Rodrilundain

Hermosas letras que hacen de la lectura todo un placer y disfrute total todas las estrellas estimada poeta

Critica: 

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