Para ti

Mi mamá siempre me pide una carta para su día. Algo que debería ser fácil, pero el problema es que la felicidad es más difícil de plasmar y ella es eso, solo alegría.
Entonces pienso que sería más fácil hablar de ti. Aquel hombre que se fue sin mirar atrás y que por alguna razón siempre recuerdo.
Te recuerdo más de lo que imaginas, sobre todo cuando mi mamá me dice: “Eres igual a tu padre.”
Yo me rio, porque es verdad, nos parecemos más de lo que habría imaginado jamás.
Cuando subo la temperatura de la ducha y todo queda lleno de vapor.
La doble servilleta que saco al comer casi la mayoría de las veces.
La cantidad de ropa que acumulo en la semana, porque me cambio varias veces al día.
El gusto por las cosas brillantes, el derroche por la ropa, mientras no ahorro nunca para un auto.
Somos más parecidos conforme pasa el tiempo y conforme tú vas tomando más y más distancia.
A veces pienso que eres la única persona que se emocionaría con que esté en ballet, después de todo, eras el que se empeñaba en meter cosas culturales a mi inconsciente desde pequeña, haciéndome ver documentales, llevándome a clases de música, a museos, comprándome pintura, acuarelas, lienzos. Tú siempre quisiste una hija artística y te molestaba que fuera criada por mi madre. Ella tenía gustos más normales, lo usual, la playa por sobre el museo.
Y yo también soy como ella, pero estoy mezclada, llevo una parte de ti también.
Sé que tú esencia elitista saltaría de la emoción al verme bailar, que me comprarías zapatillas y mallas, que me fotografiarías a cada momento. Porque soy lo que tú siempre quisiste, la parte artística siempre estuvo dentro.
Y si nunca regresas, supongo que me quedaré con tu mejor parte.
¿Todavía pintas con la pintura al óleo que me quitaste cuando te fuiste por primera vez?