Multiverso

Érase una vez, que una chica algo derrotada, aceptó la visita de aquel muchacho con el que llevaba meses hablando, viendo películas online y madrugando juntos a la distancia.
Un chico poco llamativo, pero que terminó conmoviéndola tras ocho horas seguidas viendo películas de Disney. Con un mísero roce, la convenció de que eso era amor. Solo le bastó un beso para hechizarla.
Se convirtió en uno más de su casa, abrazado por sus gatas, apreciado por su madre. Este era el bueno. Este era el correcto. Después de tanta espera, después de tanto llanto. Él era la luz, él era el refugio.
Entonces de la noche a la mañana se convirtió en un extraño. Rompió todas las promesas, deshonró todos los “te amo”.
Pero se mantuvo cerca, porque prometió siempre estar ahí, que eso sí que lo cumpliría.
Así pasaron los años, entre posibles reencuentros y uno que otro casual “¿cómo has estado?”, “¿estás con alguien?”.
Ella siempre creyó que volvería y que esta vez podría cambiar el final, ser ella la que huyera y no la que abandonan.
Pero nunca creyó en este plot twist de telenovela.
Jamás creyó que el amor fuera falso. Que lo que fueron meses de intimidad y adoración, eran en realidad, un multi universo.
Nunca llegó a imaginar que no era la principal, sino la secundaria, en esta obra mal escrita.
Porque sí, nuestra chica no fue amada. No fue adorada. No fue la principal. Y jamás la iban a volver a buscar.
Pues él siempre tuvo otra vida, con otra mujer, con un amor real. Incluso después tuvo otro amor, con el que negó todo lo anterior.
“Con ella fue algo de una vez”, “no volvimos a hablar”.
Porque sí, en el multi universo en el que ella fue la otra, no fue más que eso.
Noches secretas, mentiras y oscuridad.
Y para ella, él siempre fue como la luz del día.
Qué ironía, qué loca la teoría del multiverso.
Donde en una galaxia ellos se amaron con locura y en otra, él era el villano que tenía dos mujeres y un secreto.