Aterrorizada

Tú, con tu atuendo acogedor.
El té, el calor.
Yo, con un vestido muy delgado, ¿fue una crítica o un comentario?
Ahí, feliz de solo verte. De por un instante, tenerte.
¿Me arrepiento de no besarte?
Claro que sí.
¿Me arrepiento de no tocarte?
Otra vez, sí.
Pero temo abrazarte, que sepas que siento más de lo estipulado.
Temo que me abraces y pienses “ojalá no sienta demasiado”.
Porque no sé si quería más que un té, calor y tu abrazo sin dudas, sin temores.
Ojalá no te importara.
Dios, duele que te importe.
Duele tu miedo. A veces más que el mío.
Porque desde tu vereda, maldición, yo estaría aterrorizada.