11 de marzo

Me dijiste que no teníamos nada en común, en un vago intento de poner un muro entre los dos.
Pero yo soy obstinada. Me niego a creerlo cuando un once de marzo estabas aquí. Abrazado a mi pecho y mi mano en tu cabello.
Y tal vez a ti te gusta el té y a mí el café.
Tú detestas las fiestas y a mí me encanta bailar.
Tú prefieres el invierno y a mí me gusta usar top en verano.
Tú eres distante y a mí me gusta la intensidad.
Pero cómo te digo que aprecio tu música, tus fotografías con más oscuridad que luz. Cómo te explico que le encontré lo entretenido a dar vueltas por el supermercado y que ahora tengo la costumbre de comprar té, por si algún día apareces.
Maldición, si ambos somos melancólicos los domingos y nuestro trabajo nos genera ansiedad, mientras soñamos con algo más. El baile, el cine, la música.
Entonces no somos diferentes, solo tenemos matices que de alguna forma se complementan.
Nos ves como si fuéramos el sol y la luna, pero yo solo veo un eclipse.