Pie en Aire

La mente, se gesta
se derrumba, se autoflagela
en forma descabellada,
y notas de guitarras marcadas en los dedos,
en el pulmón como humo.
No te puedo hablar,
ya no quiero cantar.

Un pequeño soul de letra inentendible,
un susurro que me sopla locura y estrés.
Falta poco para dormir,
llegaré a la doceava canción, el final,
como con una deuda con el alma, con el cuerpo.

Para los inertes como yo,
que buscan lagunas,
aguas que no me mojen por favor
y soles que me trituren de felicidad,
me pierdo en una oscuridad de extrema luz.
Para los pájaros, les busco pertenencia,
y habítame.

Porque se pone bueno con cada canción
una bonita como tú
con piel que engaña
con codos turbios
y estilo discretamente explosivo,
por las dudas,
por si te pierdes,
que estupidez, si no hay atmósfera.
Me alegro porque nacimos en el mismo planeta,
pero no necesitamos lo mismo para vivir
yo a ti,
apenas unos días.

Se una ola,
muy azul,
arriba muy amarillo en círculos,
para beber, para bañarse,
para arrepentirse.
Me saciaré cuando duerma.
Llegará, también los lunes,
en las mañanas frías,
en lo que la brisa me disponga.

No, no te voy a encontrar,
tanto, de arriba a abajo.
Borré algunas palabras,
las de la sugestión y las del viento
que embelesa mi extinto hedonismo,
como esa cuando corrías en contra mi,
y yo caminaba.

Tersa, sin imperfecciones,
quizá por mi falta de visión,
no mi falta de sentir.
Tanto que duele,
que me es repetitivo.

En la perspectiva cambia,
con la entonación de lo que debe ser normal,
un trato informal,
una sonrisa funesta,
nada especial para la realidad,
la reacción tiene forma cuando sucede el beso,
intrínseco a mi mente,
a mis hombros llenos de calor.

Como ser alguien distinto,
claro, si no te incumbe lo que realmente deseas,
si es beber tu cabeza,
en este su planeta.
No sé nada, que mal a veces se siente,
cuando no lo necesitas y crees que si,
es simple,
solo bebe agua.

No me digas que nada tienes que decir,
mejor toquemos las palabras,
y mi debilidad ante ciertos rostros,
creo que es vital,
entonces necesito morir,
porque ya no puedo hablar,
descansar en esa melodía que me grita
y esas mantas de actividad sonora y de olfato tácito,
te voy a respirar,
bajo el agua,
dentro de las sabanas,
tu motivo, la sagacidad.

De un lado más,
de un lado más bello,
otro menor,
para el soporte.
Dar el contorno y la forma a la nariz
Embusteramente de esa parte,
la que más me gusta,

Ya no basta la tolerancia,
es porque no estoy en mi río,
ni sus plantas ha de conocer.
con verbos de domingos,
la mente vuela sin presión.
Pies descalzos,
olor a piel en entera complejidad,
con sentidos llenos a playa,
y gestos de calles llenas dunas,
es simplemente hacerte el amor,
ser testigo del valor de la existencia,
su fulgor en una unidad doble.
Nada aqueja,
el fin también será placentero.

Lo que más, lo que menos.
Todo, y nada para el resto,
Lo bueno y lo peor,
Todo en dos ojos compartidos
No, con entereza de vergüenza,
vacila su plenitud en los árboles,
airea en mi respiro, así, cuando me voy a casa contigo.

Borrarte de mi memoria,
¿Cómo? Por ti la siento,
En imágenes, en el corazón.
Como desploma, en mis dedos,
desquicio con control, ¿existe?
Y veneno sin amor, incluso amor negro.

AUTOR: FLAVIO PORTILLO
LIMA - PERÚ