A la llama de la vida

poema de Federico

Juré amarte
Y mientras mancillo mis promesas te dejo un clavel
Son así los bailes embriagantes que nos das
Yo difiero porque supuro tus defectos contándolos

Magnánima y única; desde el primer bostezo del mundo
Coreógrafa infatigable de todo ser divagante
Entre los páramos marchitos de este reino

Casi descrita por las manos más afiladas
Sin embargo murieron sin conseguirlo
¡Que pena!
Caminamos sobre las cenizas de antiguos amantes

A riesgo de cometer una ofensa
Con mi verbo humilde;diría ordinario
Quiero rememorar tu grandeza
Artífice de algo no visto en todo el cosmos

En la tierra te hicieron reina de la maleza
Corona de ramas y huesos de bestias
Allí se bailó en el barro

En las profundidades te hicieron reina de los abismos
Corona de branqueas;aletas y corales
Allí se bailó entre las corrientes

En las alturas te hicieron reina del cielo
Corona de plumas que se perdieron en pleno vuelo
Y de algodones de nubes
Allí se bailó entre los vientos

Una última ofrenda te fue dada
Hecha de restos de todos los anteriores
Los enfermos no quieren dejar de ver tus ojos
Pero los ciclos se cumplen

Tan injusta y temible
Y aún así te aman; vida