La piloerección antes y luego del roce

poema de Facundo

El augurio de un naciente
Que pienso por vos
deseo por vos
y solo
Al lado de un camino que
Entrecortado a veces,
arma una oportunidad, de lo que no puedo decir solo.

Me solicita mi cuerpo extasiado
sin poder ya,
una risa disparada en el medio de lo tenue

Encuentro extendido
que fuera de solemnidad se presenta
En lo sencillo y de a poco, nuevamente
acelerado por el palpito
acelerado por el palpito que me ayudás a nombrar

Aparecés fugazmente
mientras me hallo
Atascado en la palabra
Traducís mi sentir, la calma
en tu gesto, en tu mano, en tu palabra
Acertando el tiempo,
Que me acontece sin alcanzar su ritmo

y luego te marchás, como si no hubiera tiempo
tiempo de descanso

y es de los sueños que renace
En el dolor y en el placer de un minuto
En lo que asfixia de lo cercano de un otro
que lo hace incomprensible
Dónde estaremos parados

Aunque esté la pregunta
Es el ir y venir hacia el silencio
que me permito ver
Por fuera de mí certidumbre
Por fuera de mí seguridad de vida
Nombro con un beso que se lanza sin ser premeditado

Y veo lo hermoso tuyo dentro del temblor que
también atrapa y hace al sentir,
Aunque creas no amerite,
la que hace que mi dolor no sea tan solitario,
Porque ahí en el instante preciso
fuera, veo y siento a través tuyo

Con un apretar los cuerpos
Piel que se halla y se nombra rara,
como ajena, casi inalcanzable
Casi como si uno ya no sintiera
y repentinamente!
Intensa encuentra un goce, sin aliento
disimulando el escalofrío de placer
Colorea tu cuerpo, como si tuviera que armarme yo de nuevo
Puesta de sol al lado, y desde lejos el deseo

Aunque lo escondas en tus despedidas
Aunque yo no esté ahí donde pueda permanecer calmo

Es la lejanía de tu cuerpo, que haces que baile
que el augurio de un naciente surge en vos
Roce de tu piel
Y en mí ausencia de la palabra justa,
Me hago el lugar-afuera, que a veces es posible sea
viendo tu vuelo desde mí mar.