Luna (cuento)
Aquél vértigo persistía desde hacia un tiempo. El pintor, obsesionado con atrapar lo inasible y plasmarlo en el lienzo, gastaba sus horas; en el intento vano, de capturar con su pincel un rayo de inspiracion que le permitiera consumar su obra maestra. Algunos de los libros en los que solía refugiarse, luego de una jornada estéril de creatividad. le hablaban a su desencanto de los grandes artistas y de sus obras. Podìa ver como un camino áureo, una estela dorada que de alguna manera enlazaba a todos los artistas notables de la historia y que pasaba cerca suyo rozándolo apenas, dejandolo en la contemplacion arrobadora de esa inspiración que según creía, nunca llegaría a alcanzar. Sin inspiracion creadora y sin amor que llenara su vida el pintor languidecìa en un silencio prolongado y hermético.
Luna contemplo por un momento la quietud del lugar y supo que ese era el sitio. Luna fue observada por el pintor, que no entendio bien el motivo de la visita. Luna miro unos instantes a su alrededor y enseguida supo lo que estaba ocurriendo.
Los días transcurrían plácidos para ámbos, que se regodeaban en su mutua compañía, sin profundizar demaciado en el pasado y disfrutando del momento presente. El pintor escuchaba fascinado las palabras de Luna, deteniendose en esta o aquella frase, que a manera de flores del pensamiento surgian de lo que Luna, tan dulcemente le decìa. Tan bienhechoras resultaron las palabras de Luna para el pintor, que la inspiración anhelada por fin surgío, desbordandose en cada pincelalda. Luna le inspiraba la forma, pero tambièn el corazón, súbitamente pintado con los matices más cálidos del sentimiento.
Consumada la inspiración artística, otro sueño embargo al pintor, y su mirada se deslizo hasta los ojos de Luna, quien lo miró largamente, diciendole así lo que callaban las palabras y gritaba su alma. Luna contempló una frase, pero no pudo o no quiso decirla, la apretó con fuerza entre sus labios y dejó que su mirada hablase. Luna se sumergio en un prolongado silencio, y sus ojos brillaron largo rato; hasta que por fin, vacilante, encendió la llama etérea de su voz y sus palabras dijeron, lo que el pintor ya intuía. Luna dijo que el Hacedor de encuentros y desencuentros, del verbo y de la forma, no permitía jamás a un angel, a una musa, ser amor e inspiración a un tiempo, que desde el jardìn donde estaba enraizada, podia irradiar con su forma y su color, pero de allí jamás ser arrancada, pues se marchitaria en el momento. Luna apago nuevamente su voz y su mirada concluyo...una musa no podia quedarse.






Comentarios & Opiniones
Saludos y felicitaciones. Buen desarrollo, buen mensaje, agradable muestra descriptiva, con ágil manejo de imagen, sentimiento e idea en un conjunto armónico e interesante. Un gusto leerlo. Reciba mi amistad y buenos deseos.
Mi muy apreciado Joelfortunato. Muchas gracias por tomarse el trabajo de brindarme una critica tan erudita y amplia. Le retribuyo su amistad y sus buenos deseos.
Saludos mi querido Mistered, te pluma versatil, nos lleva por lugares recónditos de tu inspiración y genial imaginación. Besos con todo mi cariño.
bellas letras amigo , gran mensaje. me gustó saludos.
Mi muy querida Yan. Es para mi un orgullo que mi humilde literatura sea tan de tu gusto. Eres una poetisa a la que admiro mucho. Besos con cariño para ti mi amiga.
Mi estimado Jaime Regal. Muchas gracias por leerme con gusto y atencion. Realmente aprecio tu critica halagadora. Saludos retribuidos.