El Poeta sobre la roca

Sobre una roca, como desojando pétalos de flor sus pensamientos al viento,
esta el poeta, triste y en silencio.

Escribiendo en el manto celeste sus estrofas calladas, adornadas de ensueño
e historias deseadas, que son de amor pero no fueron contadas.

A la mujer que reflejan sus ojos opacos, mientras la luz del sol lejano alumbra los
pastos y sobre el solido cuerpo sentado, el poeta sufre agobiado.

Porque la quería, tanto la quiso con locura desenfrenada y sosegada,
como era de Hércules la fuerza y de Arturo la espada.

Así fue! con cuanta gallardía la veía y sufría si no lo miraba, Era la poción prohibida
que fluía como caudal, cual si fuera la sangre en sus venas, de ellas manantial.

Sufre el hombre sobre la roca, agita la pluma que dibuja las palabras que recita con la
voz del viento, el suspiro desesperado del rimador en sufrimiento.

El tiempo pasa, la distancia lo abraza, escrita está la gesta de su amada; que no supo
que él por ella se moría y en secreto la amaba.

Sobre la roca el poeta añora, sobre la roca el poeta lloró.

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