La última prosa de diciembre

poema de E. Sacristán

Salir al hielo que guarda el cielo del segundo mes del crepitoso invierno.
Perseguir con la mirada tus labios lascivos mientras me preguntas sobre los nudos, nudos que han ido haciéndose y deshaciéndose a lo largo del tiempo y que no sabes si con el alba siguiente acabarán por separarse.

Miedo. Me susurras que tienes miedo, y yo no puedo hacer otra cosa que besar tu frente intentando llegar a la corteza con tal de extirparlos como se hace con los ovillos o las malas hierbas.

Sonríes, sonríes y me recuerdas que no hay nada más importante que esta porción de oscuridad que se nos ha dado. Que mañana volveremos a dar tumbos obedeciendo a los edificios, los cubos de la basura y al gris eterno.

Pero ahora mismo solo podemos disfrutarnos, exhalar la última calada de un cigarro añejo y pobre de sabor.

Y pedirle una sola cosa a este frío eterno. Que esta ciudad no nos cambie

Comenta & Vota