A Roque...

Con ese eterno rostro de niño confabulado con la hiel
ojos apagados diáfanos sepulcros de ajenas melancolías
perpetuo patriota de un país mutilado por el plomo y la infamia.
Todavía siguen jugando con las águilas los niños en reforma…
Todavía el fulgor del hielo sigue abandonado en convexos claustros…
Guerrillero hirviente de embriagadas y etéreas revoluciones
Voz de metal aljaba de hondas convicciones
derruido cometa de amor que surcó con heridas alas horizontes grises
acongojado pero alegre poeta de famélicas madrugadas y tímidos amaneceres
filial progenitor de una Latinoamérica lacerada por los tenaces buitres.
Cómo te extraño Roque… sin haberte conocido…
Cómo odio a esa villa de lobos que apagaron con abyecta ira a tus pulcras letras
Cómo quisiera estrechar esa mano que escribió desde aquella inmortal taberna en Praga.
Eterno párvulo de jóvenes y doradas metáforas que se resisten a los halagos del olvido
brioso ciudadano de la patria grande que moldeaste la esperanza para los pobres
fiel contemplador de rojizos y tristes crepúsculos al pie de la desolación
perenne feligrés de las testarudas causas perdidas
valiente soldado de lúgubres corazones enmohecidos por la desigualdad
aburrido espectador de monótonas cataratas de geométricas diatribas.
Te descubrí en un estante polvoso y tu serena mirada impresa asaltó mi subconsciente.
Somos hermanos aunque dicen que te mataron antes que yo naciera…
Yo les digo que la muerte se enamoró de ti y que la vida aceptó ser tu clandestina amante
Cómo te extraño Roque… sin haberte conocido…
Aunque ahora pueblas los impecables pabellones de mi soledad
Y tus versos infectan sin misericordia los vigorosos manantiales de mis pensamientos
Cómo te extraño Roque…Ahora que me invades hasta las entrañas
Cómo te extraño amigo.
Invicto héroe verdugo de cobardes guadañas.