Oda a Yosely

Delicado y sutil volcán de seda que ebulle al anochecer
Reina indomable de los inhóspitos entresijos del amor
Dócil funámbulo que trastabillas por las cuerdas de la cotidianidad
Eres una rolliza lágrima y mil sonrisas puestas a la luna
Piernas largas mapa y geografía de tus andares por el mundo
Hermoso y fino andamiaje de solidaridad y empatía
Mil rabietas y un inmenso corazón para compartirlo sin ambición
Frágil princesa ataviada en el robusto y áspero vestido de la dureza
Un trabajo, tres hermanas y una canción que apertrechas con celo
Indómita alma cazadora de utopías de gigantescas y sólidas alas
Vives a mil, y tus emociones se desbordan a menudo implacablemente
Como esos caudalosos ríos de musculosos espinazos que arrasan pueblos
O como esos tsunamis que furtivamente atropellan y ahogan a nóveles turistas.
Ejerces con fulgor el oficio de vivir, no caben las medias tintas en tu sien
Tropa de hondas miradas que calan hasta los huesos y hablan más que mil discursos
Lindo engranaje de sensatez, histeria, camaradería, lucidez y cariño
Neófita y esquiva amante de las noches bañadas de nostalgia
Te fijaste en un amasijo de contradicciones ambulantes al que llamas “amor”
Y me propinas con placer, una tendalada de largos besos, de esos,
De esos… que con uno solo me bastaría para ser feliz la vida entera…