No puedo escapar de ti, omnipresente Anyelina Arias

poema de Emil Cerda

“No eres tan solo mi prima, Anyelina Arias,
Sino que también tus pisadas son vArias;
Y tus sugerencias son más que necesArias;
No eras como esas niñas de secundArias:
Parecías, incluso, como las universitArias:
Armada como las revolucionArias:
Y aunque nuestras ideologías fueron contrArias
Y ordinArias:
Nunca dejaste que fueran arbitrArias.

“Tengo el fémur de Hipócrates, ¿se lo llevArías?
Es que se me olvidó dejárselo a las MArías.
Y aceptaste las encomiendas originArias
De desalojar los objetos de las inmobiliArias.

“Mi facultad pertenece a las humanitArias,
Así como tus operaciones imaginArias
¿Acaso crees que si te dejan a cargo no las tomaArías?
Créeme, si fueras a operar a un ciego estArías.

“En mi oscuridad misógina, eres las iluminArias.
¿Bata o ropa normal?, ¿cuál usArías?
Diagnosticaste de piromanía a las incendiArias
Que incendiaron las clínicas binArias.

“Sé que si tienes una enemiga le hablArías;
Y no las terciArias.
Cambiaste todas las actividades rutinArias
Que tu patología consideraba unitArias.

“Yo sé que si te hago un bien, lo recordArías;
Porque tu alma recuerda cosas solidArias.
Como Pilar, de la película LibertArias;
Si la Lealtad te dice: “Quédate”. ¿Cuánto durArías?

“¡Oh, si el balón lo toparas como FArías!
Zacarías, ¿si termino, la sacArías?
Si te digo la verdad, no sé cómo reaccionArías,
Pero es esta: Si no hablo, tú las enviArías.

“A mi futuro nieto le enseñArías
Cómo los nervios hacen cosas involuntArias.
Y lo espeluznante de todo es cómo perdonArías
A alguien que te hirió... ¿en él confiArías?

“Las usuArias
Que dijeron que no lo arreglArías,
Y te disculpArías;
Sé que te encargArías
Y empezArías
En ayudas comunitArias.
Optarás por cosas igualitArias.
Y te alegrArías
Y apreciArías
Las cosas temporArias.

“DeseArías
Y sacrificArías,
Y no quitArías
A las empresArias.
No arruinArías
A las ordenanzas parlamentArias:
Adjuntadas con las testamentArias
Que especifican que tres son las trinitArias.

“Yo sé que lo hArías,
Arias;
Y caminatas diArias
Para elevar tus cuentas bancArias;
Y llamArías
A las publicitArias.

“Amas las artes culinArias,
AgrArias
Y agropecuArias;
GritArías,
BuscArías
Y tratArías
De crear empresas multimillonArias.
Fundaras par’ en las Islas CanArias;
Me agradecerías por cosas literArias
Y hospitalArias.

“En fin, no quiero alargar este poema, Arias;
Algunos ganaron en las primArias;
Algunos ayudaron a cosas sanitArias.
De hecho, echArías
De casa a las maldades millonArias.
Porque las secretArías
Me dijeron que por el dinero cambiArías;
Empero no tardArías
En darte cuenta de que ya no eras la misma, Arias.

“Mi razones fueron vArias
Y ellas se quedaron solitArias”.