En el silencio de mis lamentos

En el silencio de mis lamentos.
Silenciosa. Así, mi alma está
en el lapso de anidar en tu imperturbabilidad,
entre mis lamentaciones taciturna,
y desnuda ante tu inmensidad.

Sin nada que ocultar, nada que decir
tu voz es mi fuerza, mi desmoronar,
solo tú y mi alma en la muda intimidad
que de mi evapora toda tosquedad.

¿Ocultar mi ignominia humana?…
no pudría!

Pues… absurdo eso sería, débil soy, errores he cometido
que ha morir en vida me han llevado.

Más de donde vienen los pesares
que causan mis amargos lamentos,
viene también las olas lenitivas que abrazan el sollozo
de mi abra proveniente del mar de tu grandeza,
que alivio traen a esta fría tristeza.