AZUL

Las noches son para recordarte
aquí tendido y rendido mi ser al sueño
te apareces en mi cama como sombra
te acomodas allí junto a mi sabana
estática, estética, imposible,
espectral recuerdo de luna, de noche sin luna
y te veo con los ojos de la memoria
se que no te gusta que hablen de tus ojos
pero en este caso es necesario
parto del puerto de tu pupila
esta noche también será un naufragio en el turquesa de tus ojos
perfumes de azahar y sal inundan mi cuarto
mi cama es un barco de papel,
levanto velas con mi manta
mi almohada es el ancla que dice que permanezca en el sueño,
en tu sueño
entrar a tus ojos es naufragar en el mar
¿Cuantos marinos novatos no abran quedado fascinados por la belleza de tus aguas?
indomables, inmoldeables, crueles
y a la vez lentas, pacíficas y entrañables
si he de morir que sea ahogado en tu mirada
si he de morir, soltare el timón de mi embarcación
y asfíxiame con tu azul,
arrástrame y apuñálame con la daga azul de tu mirada
que la exploración que hace tu mirada
es el examen que hace una ola sobre un cuerpo abatido en la playa
que cuando me miras, es como si una ola arrullara mi cuerpo
mira que solo he sido marino en las aguas de tu mirada
y no habra mayor placer para este navegante que morir en tus ojos

Por mi parte te invito
a este bosque que se encuentra en mi mirada
entra por esta ventana es la única forma
aquí la tierra y el agua perfuman cada rincón
el musgo cubrirá tus pisadas
la niebla cobijara tu espalda
baja el resquicio de mi boca
adéntrate al valle de mi pecho
cicatrices y barrancos colman los caminos
una jauría de lobos mora en mi pecho
rencores, odio y miedo
eres un incendio que ahuyenta las bestias de mi interior
refúgiate entre estas tres hayas que sembré para ti
raíces que escarban tu cielo
hojas en forma de caricias caerán sobre tu pelo
ramas que crecen en el interior de tu mente
y salen en forma de palabras
corteza de hierro
se derriba mi ser ante tu sola presencia
fui soledad, fui ira, fui volcán, fui venganza
hoy tus aguas tranquilas colman mi cabeza

Te entrego mis ojos, te entrego mi bosque
guárdalos en donde tú quieras
me entrego al arrullo de tus olas
que lo único que quiero volver a ver
es el turquesa de tu mirada.

Eduardo Martínez Márquez, 2016
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