Cachivache
Arrastro puntas, palos que salen de mis manos y de mis tobillos. Vamos juntos, la madera suena al caminar, al subir las escaleras. Parpadean los metales que cuelgan de mí. Danzo en el pasillo vacío de un claustro antiguo. Solo me observan los gallinazos que se calientan en las tejas. Esta carne se va sirviendo sola con la gran cantidad de cucharas que cuelgan.
Pesada, grande me siento.
Fina y alargada me veo.
Traigo puestos pares distintos, una media gris y otra verde. Me quedan flojos los zapatos pisa mundos, cuero estirado y arrugado que grita ¡Daniela! ¡Daniela! ¿Dónde te puedo encontrar, Daniela? ¿Dónde? ¿¡Dónde!? Ven, por favor ¡Daniela! En qué mundo de aire, qué línea imaginaria respiras ahora para compartirla y encontrarte, Daniela.
Sal de las rejas, te veo bien sin miedo. No te luce ese miedo redondo y de ojos achantados, suéltalo, te queda grande.
Comentarios & Opiniones
Genial.... Un placer la visita, interesante obra, Buenos días Marian