Gotas de sangre

Era siniestra la noche, invernal, mientras sangraba mi mano, y todavía había canciones en mi cuarto,
prometí no hacerlo mas pero la tristeza me consumía y me mataba día tras día,soñaba con volar,soñaba con jugar, soñaba con cantar, pero el viento yo no lo veía, y ahí sentado en ultima fila recibiendo toda la sangre de costado que brotaba y yo sosteniendo algo la mirada, tan solo me quedaba,mirar desde lo lejos como en su hombro se colocaba, duele mirar sin poder tener, pero mas duele querer sin poder poseer su amor, no bastaba esa noche, bajo el farol, todo se quemo.
Salia sangre de mis manos, salia hiel y ya no era miel ni encantos, por toda la casa derrame sangre esa noche, pues yo ya no soportaba, todo se me venia y mi espalda ya casi no aguantaba, se mezclaron las cosas, las que no puedo tener y hasta ahora lo deseo, y lo que observo a diario y no lo poseo.
Se lleno de sangre la casa, ya era evidente las manchas. y a diario volvía con una nueva, desangrado toda la noche por favor que alguien entone alguna canción de bon iver. pues esto ya no era bueno, mi cama llena de sangre y las sabanas con la hiel de la tristeza que brotaba una vez mas, una noche mas,
no era cualquier noche mi amigo, era distinta, era quizás el fin del sangrado o el comienzo eterno de todo lo siniestro, las tristezas y oscuras noches de invierno, pero dulces al final, bajo el farol me senté, afine guitarra y entone, en mi mano derecha todo comenzaba y la sangre esta vez ya no paraba, todas las mañanas ya serán evidentes un día de estos, tanta sangre por la casa, esto no se trata de un cuento de hadas.
Debería detener el sangrado, pero la veo a diario, y no la poseo, y no es tan fácil observar algo que se quiere a diario, como sus mejillas de manzana, pechos de gacela, sus pestañas de telaraña, y dientes de porcelana,
Mi amigo esta noche es diferente, esta noche corre sangre hasta por mis manos y mi mente y solo quiero la muerte,
aturdido en mi cabeza pues mientras menos sepa, mejor quizás para el dolor, y este sabor fuera de olor contemplando el aroma a sangre y miel, tanto que la deseo, y quizás hasta duermes con el, era una guerra pero ya muy cerca de mi sistema nervioso.
quimérica y desafinada, poco elocuente y algo atorada, era mi voz en ese rincón, que lo reticente se vuelve la esperanza del fin de una hemorragia, con cerrarse y tan solo contemplarse de miradas sin respuestas,
Era siniestra la noche, golpeaba el viento de lo relativo y lo relevante, la razón no respondía, y el problema no resolvía, que hacer cuando la vuelva a diario a ver, si se que seguro duermes con el, es penetrada hasta lo mas profundo de sus sentimientos todas las noches, y yo solo puedo mirar sin nada que dar, sin nada que ofrecer, mas que tan solo en ella pensar como se recuesta en su hombro, y yo aquí sangrando y roto.
Era siniestra la noche, apenas empezaría a sangrar por todas los días.
nieve y frió serian mi pastizal