Ni polvo ni ceniza
poema de Diego Américo
Ni polvo ni ceniza
Anuncia la aurora su canto matutino,
gira la vida en su finito ciclo final,
recorren todos el camino
buscando qué encontrar,
si acaso, algo de lo mismo,
que también, así terminará.
Del valle es la pradera vestida
de fastuosidad,
sus flores dicen sin vanidad:
"Diseñadas hermosas fuimos para
el momento triunfal,
cortadas después seremos por
mandato natural.
De todo cuanto queda muy pronto
nada quedará,
no más que ceniza y polvo que
tampoco quedarán".