Aceptándome

poema de Luz de Luna

Me dejo caer imperturbable,
al devenir del tiempo y del destino.
Me entrego por completo,
hasta que mis huesos sean,
tan solo un recuerdo.

Pero sé que aún,
hasta el último segundo,
seguiré siendo yo,
esa elipse doblada,
en infinita ciclotimia.
También seré el irracional;
aquel que otro irracional entiende,
y nunca se pretende,
más que afecto y comprensión,
algo de intelecto y corazón,
de pasión, arte e imaginación.

D.S.C.