Andrea

Hoy es noche de primeras veces.
¿Ves la hora qué es? Y sin nada aspirado por mi nariz.
Tan cansada y jodida como siempre, fisica y mental.
Ya es un estado permanente el de mi mente tan insolente,
Se atreve a diario a retar a mi subconsciente y dejarlo en estado vegetal.
Estoy en coma pero mis pies seguirían corriendo una hora más,
Mis ojos están abiertos, despiertos, alertas,
Pero aun así si tú me ves pareciese que estoy dormida cual bebé.
Porque sé que aunque digas que no y niegues con tu cabeza tan dura,
Me sigues velando el sueño por el rabillo del ojo cuando dormito.
Sólo tú sabías todo esto. Lo siento por contarlo, pero era parte de ser yo.
Pero en fin, creo que me salgo del tema. Después de ti ya no me vuelvo a enamorar.
Me siento derrumbada a decir verdad.
Si me permitieses sincerarme y en tu regazo le hicieras un espacio a esta cabeza,
Iría ahí sin pensarlo. Mi mejilla derecha ansía ganosa el calor que emana tu pierna,
Y tus manos mujer,
Tienes por manos dos pedazos de cielo cafés que poseen la cantidad suficiente de comprensión,
Deseo, ternura y adoración para mantenerme a su lado toda la noche, o toda la vida, como desees tú.
Pero lo aterrador,abrumador y loco es que yo apenas y he charlado unas pocas veces contigo.
Soy como un cazador novato,aprendiz, queriendo cazar a un par de elefantes. O mejor aún,
A una gacela, un búho como tú y tus ojos de terror que siento que me acecharían y acorralarían a mí,
en vez de yo a ellos.
¿Te imaginas? Un búho nocturno cazando a la escopeta, que mundo tan fumado y soñado me haces imaginar.
Quisiera que estuvieras aquí ahora mismo. ¿Has visto lo hermoso que hacen ver al cielo los nubarrones grisáceos que se forman previos a una lluvia? En ese caso tú serías la nube gigantesca y yo las pobres lluvias que resultan de tu belleza.
Y me siento tan mal por compararte con el cielo, no es merecedor de ti y de tu cadera bailarina e inquieta que incluso a través de mis ojos me atrapa y me mantiene en una hipnósis constante.
Por eso que prefiera no verte y mantener mis pupilas alejadas de ti y tu inexplicable belleza, imagínese usted quedarse atrapado en medio de esos muslos. Madre mía, si ese es mi destino final, pues lo acepto sin queja.
Mátame ahí y acaba con mi vida, que sea lo que la vida quiera, Andrea.