Cuando Doblan Las Campanas.
poema de Cazanova
Recuerdo aquel amargo y cruento día.
de aquel adios, en fría primavera,
y que hoy mi corazón, en loca espera,
en mis sueños te busca noche y día.
Y recuerdo el doblar de la campanas.
No he podido saberlo todavía;
si un presagio de muerte me decía
más nunca te hagas ilusiones vanas.
Pero hoy te espero al calor de mi cortijo,
que me da la esperanza y regocijo
de estar siempre queriéndonos los dos.
Si estás muerta, que estés allá en el cielo;
si estás viva, en brazos de un consuelo,
que te juzgue el espíritu de Dios.
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Este es el enigma de un amor desvanecido en la bruma de los años, y que nunca tubo una según aparición.
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