Un relato de desamor.
Junto a la brisa del fragante verano nos abordó el silencio y enigmáticos suspiros, hondos y tibios, aplacaron mi voz.
Pregunté, pasmado en tu recóndita mirada, que aquella lejana noche sólo miraba el frío suelo:
“¿qué te aqueja amor?”
Y tus ojos oceánicos y nostálgicos se clavaron en los míos, más ni un leve murmullo se escurrió de entre tu labios y en un corto tiempo impreciso tu pesada frente volvió a caer.
Entonces, la preocupación se acopló a mí y mis manos blandas pedian las tuyas y mis ojos tristes buscaban los tuyos, que evitaban el encuentro redirigiéndose a un costado y al otro.
Me acerque hasta ti y arrodillándome sobre el embaldosado piso levante mis manos, que suavemente se posaron en tus pómulos y con cariñoso y cuidado movimiento te obligué a mirarme. Esboce una tímida sonrisa y articulando una suave voz, con cálida altisonancia, volví a irrumpir:
“amor... ¿que pasa?”
En ese instante, abarrotadas y carnosas lágrimas brotaron incesantes de ti, escurriéndose entre mis dedos, fluidas y rápidas. Antes de darme tiempo de brindarte algún consuelo con habla triste, quebrada, periódicamente interrumpida por inevitables silencios acongojados, abatiste:
“ya no hay consuelo para mí en ti... No quiero mentirte… Aplazar herirte seria tortura para ambos. No hay motivo, no lo busques, las cosas simplemente resultaron así… necesito decirte y perdón por lastimarte yo… yo ya no te amo.”
… y mis manos te soltaron, mis ojos brillantes eligieron apagarse y una indescriptible y rasposa sensación se apropió de mi garganta y mi corazón. En el intento de pararme mis piernas casi me abandonan.
No dije nada, tampoco quería decirlo, sólo quería alejarme de allí y de ti. Al dar media vuelta y así poder marcharme, intentaste detenerme… preferí seguir.
Y en aquella noche de verano, bajo el cobijo de incontables y chisporroteantes estrellas, al son de una brisa fresca y aromática, seguí mi camino, alejándome con cada paso(cada uno más más profundo que el anterior) de tu desamor e impregnado el suelo en mi rauda huida, de líquidas y saladas lágrimas que daban fin a nuestro amor.
Comentarios & Opiniones
Muy bello relato, con palabras precisas y ciertas de lo que es un desamor...Saludos!
Un profundo abismo se siente,a quien no le pasó algo así, Felicitaciónes poeta y beso y siempre fuerza,un nuevo amor puede estar a la vuelta de la esquina.
Dolorosa despedida muy triste sensación de vacío, el montaje del espacio me daba otra idea, fui engañado por su letras como , el cruento final dolió profundo.. y como se le dice hermoso a un poema así, excelentemente creado pero con ese dolor..