Quo Vadis

Humillación inflige la muerte,
desesperación,
miedo,
frío,
error...

El horizonte se muestra rojo,
y nuestros ánimos se vuelven cada vez más lentos,
la noche nos toma como una mano enorme,
nos sacude, nos violenta,
somos pichones moribundos en sus garras...

La esperanza se distrae
y nos regala una mirada a medias;
la vida se parece ahora a la fogata en madrugada,
la suerte del monje que se alejó de aquel dios...

Los millones de ojos que miran las estrellas,
se apagan conforme los sueños
se disipan en la oscuridad,
los millones de brazos se sienten cansados,
la muralla que han levantado
luce tan alta,
que apenas se pueden sentir las estrellas;
las millones de cabezas son ahora reflejos,
los corazones se extinguen,
la piel de la existencia ya no es opaca,
es levemente transparente,
la miel no endulza nada...

La guadaña ya no está empolvada,
las dudas no son ya un problema...

El columpio quedó vacío...