Niebla cutánea

Hemos perdido la forma
en la oscuridad,
solo nos queda bailar,
sonreír...
Gritar...

Nos queda calmar la mar,
continuar en la dulzura
de un loco latir,
en la penumbra ingrata,
en un hilo de luz final.

Sonreír,
suscitar,
menguar,
en la lejana luna que se va.

Solos...
solos en la fama,
nadar
reír,
hurgar en ese pasado,
mientras miramos al futuro
sin jadear,
culpando al sol ausente,
y, benévolos,
mentir sobre el calor...

Vámonos entonces
en la última mirada,
en esa hora sin enigmas,
en esa tarde meridiana,
en esa jaula inmensa,
como pensamiento
y prejuicio,
ajeno, ajeno...

Como escalones
hacia la dura mañana...
Entre pasos y fiereza dormida.

Entre tanto un favor,
uno solo,
desde ese cielo indiferente,
y...

Un adiós...