Palabras de navaja

poema de Dary

Nuestro último abrazo debió haber sido hace unos dos meses, de ese beso robado del que solo quedó pesadilla. Quizás en sueños aún nos encontremos pues el tiempo nos ha cruzado infinitas veces y rodeaste mis espacios recorridos. Me pregunto qué pensaste últimamente sobre mi, pues heriste mi sentir al alejarte tanto, aún sabiendo que soy tu otra mitad, pero cuál mitad si yo ya vine completa, si me enviaron con huesos y una sabiduría de antepasados. Tal vez alma gemela y aún así la expresión no me termina de representar.
En está oscuridad que transcurren mis días ni los cigarrillos harían su efecto, ni el sueño intermitente hace de las suyas, ni los libros, ni el buen té de mamá, ni esa comida que no alimenta corazones vacios. En está oscuridad donde me ofreciste un cerillo, pero el frío lo apagó.
Los corazones trastornados tienen una manera especial de herir y es que dicen que no saben como pudieron hacerlo, pero entre promesas que el tiempo congeló y deseos que la llama ya no calmaba. El jinete esta perdiendo la cabeza, sin explicación ha conseguido cercenarse sus propias ideas, olvidarse de quien era y el caballo fingiendo seguir sin agua, sin alimento, fingiendo conseguir en esa soledad una pizca de lo que le ofreció su jinete, su dueño.