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Nunca habia tomado unas vacaciones tan largas, pensaba mientras empezaba este escrito. Tantas verdades lejos pero solo una que nos salve de la miseria humana, adonde nos llevan las horas en donde la tormenta musita y el cuerpo supone dormir, entre sueños mis muertos gritan que los libere del yugo de la vida que contemplan y pensamientos van y vienen.
Ya sin posibilidad de huir a la cueva de Platón porque tengo los ojos abiertos que veo el futuro aproximarse cerca del fuego, alguna vez el susurro del viento me decía que lo mejor era volver a casa porque las nubes hacían su danza a la lluvia y cuando llegaba a casa las olas del cielo empezaban a golpear.
El mar va y viene, tan salado y enfermizo para aquellos que sabemos de su secreto más oscuro, pero me gustaría sentarme en la orilla a contemplar como se tocan el cielo y el mar, arropada de sus brazos que ya no conozco y de sus labios que olvidé como decía mi nombre.
La arena debe estar cálida para entonces, deben ser las 6 de la tarde y venimos de haber probado todo tipo de manjar, debe ser Diciembre. En algún lejano mar de la imaginación donde se esconden los secretos más extraños de todos. En donde duermen los más consientes vientos de tortura humana pero que desaparecen cuando el rostro del otro está tumbado cerca del mío.
El cielo parece saciar al sol y mi agonía de una casa propia en el campo, con gatos y árboles frutales, donde pueda sembrar mis vegetales. Que me acompañe mi alma gemela para que me recuerde por todo lo que tuvimos que pasar.
Lagunas del cielo se gestan mientras los ojos clavados en lo inexistente, en el mundo de las ideas, en ese aspecto que todos conocemos pero que yo no sé cultivar. En sueños hay niños en la guerra de la droga, mis tías buscando tumbas de gente que es estrellas.
¿Qué quiero realmente?
que se acaben las guerras y que todos puedan emprender un viaje hacia ellos mismos para que encuentren el tesoro que fue escondido por millones de años en los corazones propios, todos tendríamos acceso a educación, alimento decente, buen espacio donde dormitar, casas siendo mansiones y mis colores del escritorio siendo usados porque habrá tiempo para marchitar en el arte que dictamina los pensamientos. Eso quiero, pero sé que es mucho pedir y si quizás el deseo ya cumplido estaría en esa playa junto con el amor de esta vida que me tocó, sin premeditaciones, ni pretextos del malvado tiempo.
Qué quiero?
Quiero lo imposible, quiero lo que ya no es humano. Tal vez no viviría la angustia de estas madrugadas en donde el sol se sienta a mi lado para que me levante de esta terrible sensación de hacer, de esta inestabilidad que se apodera de mi cuerpo humano, quiero lo que se demora, quiero lo que para todos parece imposible, quiero darle tiempo a todos para que valoren a sus familias, quiero que el dinero no exista y que la música en las calles se cante como tradicionalismo y tengamos que eliminar esas melodías que no son melodías, por eso quiero lo imposible, quiero lo que todos quieren en el fondo de sus almas, pero quiero mi deseo sin pretextos, sin esos delirios del universo de quitarme los deseos de las estrellas fugaces. Quiero no estar tan trastornada, quiero ser vista como naturaleza, quiero ser vista para lo que fui construida por Dios, no quiero seguir oculta entre las sombras, quiero que mis hijos me conozcan y que mis semejantes identifiquen su principio y su final.