El recuerdo.

Escribiré sobre lo que no recuerdo.
De lo olvidado y lo abandonado.
Pensando en cómo llegamos hasta aquí.
Déjame pensar en aquél día que no vuelve.

Déjame pensarte escondida en el ocaso,
rodeada de cientos de inefables sonidos.
Tu voz, tu piel rozando la hierba, tus ojos mordiendo la estela.
Déjame recordarte como recuerdo la noticia que nunca recibí.

¿Por qué me miras así? Nunca me habías mirado de esa manera.
Y qué penas escondemos debajo de la alfombra.
Dónde tantas veces sonreímos conscientes de la inconsciencia.
Guárdame como aquél viejo libro.

Guárdame en el armario de tu memoria.
Y nunca pienses en desempolvarme.
Por si algún día, haciendo limpieza me encuentras.
Y ojalá que cuando me encuentres me leas de nuevo.

No recuerdo cuál película fue la más tierna…
Efímeros los momentos y efímera la vida.
Superfluos los prejuicios y prescindibles las preocupaciones.
Piérdete, en mi mente y nunca vuelvas.

Quédate ahí y por favor nunca salgas.
No quiero buscarte de nuevo.
No quiero escucharte de nuevo.
No quiero que se revitalice tu recuerdo.

Algún día expondré sobre mis ausencias.
Algún día daré cuentas de mis partidas.
Algún día pagaré todas mis deudas.
Pero mientras llega ese día:

¡No dejes de mirarme de esa manera...!