Disculpame

Discúlpame por matarte de esta forma mujer.

Discúlpame por dispararte pétalos de rosas, pero cuando te veo no encuentro la forma de hacerte sufrir de una manera tan suave.

Te pido disculpas por hacerte explotar los oídos con palabras lindas, pero en el momento justo en que yo te escucho, mis oídos toman en el mando y mandan la señal para que mi lengua tome vida propia.

Lamento el hacerte llorar con tantas melodías, sin embargo, con toda sinceridad te aseguro que sigo buscando esa partitura en que logre no solo causarte ese momento eufórico momento en la piel, si no, hacer explotar tu cerebro y poderme alimentar de los pedazos para tenerte aun más cerca y entender el sufrimiento que llevabas dentro.

Lamento desgarrarte la piel con tantas caricias, a mi defensa, tu piel me convierte en caníbal que hasta tu sangre saber mejor que aquella copa de vino que disfrutábamos en los atardeceres en los que terminábamos enrededados bajo la sabana y cuatro paredes eran testigos del momento en que te veías como una Diosa que gobernaba mi atormentado ser.

Te pido que me perdones por quemar tu corazón, con tanta pasión, con tantos roses, con tantas letras, con una amarga desesperación al momento de besarte y no poder clavar tus labios con dos clavos que los sellaran ahí para siempre, para disfrutarte siempre, para alimentarme de ti.

Discúlpame por todo y tanto, por tan poco y nada.

Disculpa a este humilde asesino de tu corazon, pero si por amarte tanto estoy condenado, acepto que culpable soy, pero ojala y te lo ruego, que la condena no sea permanecer a tu lado por qué estar contigo es un castigo aun peor que la pena de muerte, ten piedad, no cobres venganza, que ten por seguro que yo no podría sangrar tanto por un alma tan apasionada