Cordura infame
Viviendo sin soportar la sobriedad de los días,
cabalgando entre mis ideas por los negros páramos del pesimismo.
Buscando el eco de la más bella sonrisa,
actuando en la tragedia impuesta en la vida mortal.
Cuentan las meigas, mitad musas, mitad brujas,
que mi corazón yace tendido en la más alta torre del más escarpado abismo,
allí llora y llora en soledad, cautivo sólo por sí mismo.
Aguarda esperanzado que esa valiente doncella,
la que no teme a dragones, cañones ni guillotina,
de muerte a los dos guardianes, señor ego y señora ruina,
y escapen juntos de ese infierno a lomos de una estrella.
La doncella, enojada, le reclama:
-“¡Ay, corazón ajeno, que quietud con soledad confundes
y no entiendes que, a veces, si rompes las cadenas te hundes.”
-“Usted no sabe que es mi lamento quien me anda asesinando
y que el recuerdo me susurra: Ya no estoy aquí, pero sigo jugando.”
-“El problema es tuyo por seguir sacando punta al dolor,
por no querer vivir en recipientes que no contengan un veneno traidor.”
-“Silencio, dulce ilusión que evoca un sueño incesante,
ambos sabemos que la vida es fea aunque a veces se haga la interesante.”




Comentarios & Opiniones
Me encantaron sus versos, magnífica temática realista, desnuda, libre, un placer la lectura. Un saludo
Maravilloso.
Es realmente grato pasar por los profundos recursos literarios que poseen sus letras. Felicitaciones por vuestra obra.
"Viviendo sin soportar la sobriedad de los días,
cabalgando entre mis ideas por los negros páramos del pesimismo."...
Saludos.