Caminos

Conozco el camino por el que ando,
pero no a dónde llega.
Siento el vacío
corrompiendo mis venas.
Miro alrededor y siento el frío:
debería dejar de revestirme
con la culpa y la pena.

Tiembla mi alma
y suspirando
le digo: ni consiguiendo la calma
tendría lo que ansío.

Es difícil bailar sobre el fuego,
imposible hacerlo sobre las cenizas que,
aunque sople el viento queriendo hacer desaparecer el duelo,
aquí estoy sin vida
sin amor
sin velo: he despertado
en el único momento
en el que habría preferido estar durmiendo.

Ven, león, mírame ahora
mírame ahora que el reloj se ha roto
y las agujas me ahogan.
Guíame para poder respirar
en este tsunami interno que noto,
¿seré capaz de olvidar?
¿Podría, aunque cobarde y si eso te trajera de vuelta,
volver a cerrar los ojos? ¿Es este fénix que siento
un espejismo? ¿Me miento?
¿Es esta sensación de volver a volar
la que va a hacerme caer y firmar
mi sentencia de muerte y llegar
a donde el camino por el que sé que ando me llevará?