FRIALDAD

FRIALDAD
Frialdad, que llega a consumar
el calor que se expande en las mañanas
de tus labios, el mismo veneno que
aplicas en tu acento, al recitar vanas inquietudes
de tu amor martirizado.

Frialdad, que de un momento a otro
se convierte en una espuma, espesa y con un tono
vació, que en sus adentros lleva
la muerte de un sentimiento.

Frialdad, que se adentra en mi piel
y rechina mi alma, al no sentir el ardor
de tu hermoso cuerpo de mujer, llevando
al pensamiento a tener un recubrimiento de
escarcha que acaba con un ser.