El adiós
¿Podrías pasarme ese abrigo?
ese que una vez te entregué,
mi desnudez es tal
que ajenas y furtivas miradas
podrían, sin querer,
lastimar los cristales de mi ser.
¿Es tristeza refleja en tu rostro?
No, esto no es alguna queja.
Yo...Yo a ti te quería
y si hablo en pasado
es para hacer mi despedida
quizás menos sombría.
Tus lagrimas empañan
mi triunfo y determinación
ante la idea de que eras mía,
una idea errada que me perseguía
¿Porqué es que lloras?
Sabes que no soy el amor de tu vida.
Valoro el cariño que me prodigaste
y cada caricia que me regalaste
Pero dentro de ti yo no calzaba.
tú sabes, en ti no encajaba.
Ahora por favor
dime adios sin compasión.
No, no más amaguras,
No más culpas,
No reproches,
No soy para ti
y ayer comprendí,
no me amas a mi.
Te libero de este peso yerto,
Eres libre desde este momento,
de vivir ese amor sin impedimento
de gozar a tu verdadero complemento;
yo lo supe ayer cuando te vi con él
yo te vi sonreir y sólo me aleje.
Lloré, claro que llore
Tu sonrisa era hierro fundido en mi cabeza
ese brillo en tus ojos rompian mi corteza,
Eras feliz y no lo habia logrado yo,
eras feliz con él.
Ya seca esos ojos vida mia.
Te quiero, luz de mi mañanas;
Te quiero y sé que al partir
me han de invadir tinieblas
mas no despidas con lagrimas
a quien ayer quiso ser tu alegría.
Te quiero y me declaro en duelo.