Morir libre

Moriremos tránquilamente,
con una bandera y sin mentir
con dos alas negras de marfil
un corazón rojo resplandeciente
e inmortales en el decir.

Moriremos igual que vivimos,
pensando y sin miedo,
portando la libertad
contra la mal nombrada humanidad
que acecha desde palacios y casinos.

Moriré sin temor y libre
como individuo y colectivo,
a los malos perdonando
pero nunca olvidando.

Moriré rojo y negro
sin temor al azul
predicando la igualdad
y por lo tanto la unidad.

Aquí muere él,
oprimido y olvidado
creyendo en ideas y dogmas.

Aquí nazco yo,
renacido y libertario
sin olvidar nuestra y mi libertad.

Aquí nacemos nosotros,
como colectivo y unidad
poniendo por encima de todo la igualdad.