La isla del cuento

Al pie de la colina estaba el puerto,
en el bosque con un cuento encantado
allí el navegante de corazón muerto
en la trama del sueño jamás contado,
en la embarcación del cielo con el mar
con la suerte que no brinda el azar.

Justo en la playa con deseos de arena,
el viento no viene al astillero
¿Por qué aferrarse a una historia tan ajena?
¿Por qué zarpar al horizonte pasajero?
Si una sola palabra es dueña del destino
solo un suspiro que define mi camino…

Diré que estoy listo para esta realidad,
no voy a dudar de lo fehaciente,
voy a ensalzar tu mejor cualidad
contra tu brillo de sol decadente;
solo marchémonos del cuento
y naveguemos aun sin el viento.

Sin futuro, el cuento de la isla es maldición,
sin tus palabras no existe la historia,
ya no existe mi mayor ambición
se torna el color una vil escoria,
porque el sustento del encantamiento
se derrumba con el tiempo y su estancamiento.

Es un puerto, es una estación,
los remos hacen al viento olvidar
y la salida es el inmenso azul sin prisión,
allá lejos donde esta historia pueda anidar
donde no haya islas, donde exista vida
donde no sea tu destierro sino mi huida.