POBLADO DE LUZ ETERNA

Se oyen gritos a lo lejos,
Lamentos de relámpagos furiosos.
Gemidos de los vivientes, que hoy no viven.
Se ven las letras de las palabras en los labios
Donde se asoman los textos de ardientes lenguas
Atajamos los espacios
Cuales golpes que maltratan los sentidos
Destrozando las notas del cuaderno
De la conciencia.

Ellos se aferran
Con las uñas, con los dientes
A la ilusión que les dio aquel durmiente.
Aprendieron a disfrutar
Placeres de siniestra procedencia
Y hoy su vida endemoniada los devora
Encarcelados en la prisión de no salida
La prisión de su propia vida.

Apretados, atornillados
Están sus pies.
No se alejaran corriendo.
Están pegados.

Con el pecador primordial
Ellos han pactado
Y cayeron al abismo
Del vivo enterrado.

Pobres almas…
Sus condenadas ansias están frustradas
Encontraron un poblado
De luz eterna
Cuyo brillo limpio,
Es fe interna
Que no se dará por vencido,
Hasta que ellos desciendan.