La rebelión

“Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él” (Colosenses 1:16).

I
Lleno de perfección
así fue su creación
no había tinieblas,
tampoco iniquidad.

El Creador es luz,
pero aquel ángel
en su corazón
se originaba la
oscuridad,

a pesar de demostrar
en ese entonces
que era un ser
excelso y leal.

Por eso lo proclamaron
el rey de los querubines;
hermoso, majestuoso,
cauteloso e inteligente.
Un líder, un protector.

Portador de luz
hijo de la aurora,
guardián del trono.

Lucero; es su nombre.

Ataviado de piedras
preciosas engarzadas
en oro, que el mismo Dios
lo hacía radiar de belleza.

Lo tenía todo por ser
el privilegiado;
el más dotado.

El santo monte estaba
a su cuidado, porque
gozaba de la confianza
del Altísimo.

¡Envidia!, ¡celos!
se originaban en su
interior por el simple hecho
de detestar órdenes.

No aceptaba ser menos
que el Ángel de Jehová.
y peor inclinarse ante Él.

Tenía dones raros
que lo hacían sentir
orgulloso y elogiado.

Legiones de ángeles
lo honraban y respetaban,
que usó su extremada inteligencia
para convencerlos
mediante discursos,

diciendo que el Creador exaltaba
a su hijo sin saber ellos
los propósitos de dotarle
poder, autoridad y peor
rendirle adoración.

Expresando también
que la libertad llegaría a su fin,
a causa del Ángel de Jehová
por su supremacía y la posible
creación humana.

Con voz rebelde y disidente
su retórica y convencimiento
hizo dividir a las huestes angélicas,
ocasionando una fuerte discusión
y una desagradable confusión,
acusando a los leales de Dios
de servilismo.

El poderoso querubín
declaró conocer la
inmutable ley
del gran Yo Soy,

mintiéndoles a sus
simpatizantes, de que
si no se rebelaban
se convertirían en
eternos esclavos.

Pues la astucia de éste
conmocionó al cielo
provocando finalmente
la ira del Creador.

Revelarse contra Él
era un delito imperdonable,
y peor, no obedecer
la autoridad de su hijo.

El Padre se dio cuenta
que su protector
se había transformado
en Satanás su adversario.

Continuará...