La epidemia.

En aquel haz de luz quedaba un prisma,
era un filo cortante, más por menos.
El vino me inundaba la marisma
más peligrosa y fértil. Yo, sin frenos.

Y en aquél haz de luz, ya sin carisma,
un Fénix en mi copa se hizo truenos,
sembrando con tu nombre un aneurisma
que destruyó mis presas de venenos.

Y es que de ti proviene la epidemia
que marchitó las lunas en mi frente.
Si fuiste diosa pariré blasfemia.

Te vi... y el brillo oscuro de Bohemia
mordió mis labios, firme, intransigente,
apuñaló este adiós, mató la anemia.

Comentarios & Opiniones

Josue Aymer

Bella obra romántica. Un gusto leerle.

Critica: