Coge por la sombra.

De fondo los ladridos de los perros
que cambian de collar y de apellidos,
ensucian los colores del silencio
sintonizando audiencia en sus colmillos.

Antes de darte muerte, compañera,
y hacer de ti tan solo un mal recuerdo
en este carrusel de cal y arena,
voy a ponerte flores en tu entierro.

Maldigo este sabor a mansedumbre
rondándome en el cielo de tu boca,
me duele que no sepas que me ocurre
y goces de esta resignación crónica.

No quiero convertirme en el reflejo
de los románticos de pacotilla,
necesito arrastrarme por el cielo
y levantar el vuelo en la inmundicia.

Prefiero que te bajes de mi mundo
para que no me coman tus gusanos,
cansado de dormir entre gerundios...
malviviendo, callando, aparentando.

Ahórrate el "volvamos a intentarlo"
que no muero por ti ni por tus besos,
no tengo el corazón para calvarios
ni quedan islas donde naufraguemos.

De fondo los ladridos de los perros
que cambian de collar y de apellidos,
ensucian los colores del silencio
sintonizando audiencia en sus colmillos.